A. G. SOLALINDE 
 
Sin embargo, hubo de circular por Castilla algln Physiologus, 
puesto que los colaboradores de Alfonso X lo aprovechan. La 
General Estoria en su Primera Parte, libro XX, consagra a la des- 
cripci6n de ciertos animales los capitulos 9 a 33, no con el deseo 
de incluir un bestiario, sino con el mAs conforme al plan regio de 
explicar el Levitico, XIX, 19 : (( jumentun tuum non facies coire 
cum alterius generis animantibus. , Para sus explanaciones se 
sirve de Plinio, Historia Natural, libro VIII, quien suministraba 
a los redactores espafioles ejemplos de animales de distintas 
familias aptos para el cruzaniento. Los colaboradores alfonsinos 
intercalan en esta traducci6n de Plinio un capitulo (XX, 31) 
sobre los cuatro elementos y los animales que en cada uno de 
ellos viven, y despuds de transcribir y comentar los versos de 
Ovidio, Metamor/osis, I, 72-75, amplian sus referencias con esta 
digresi6n 1 : 
((E bien fallamos que uiue alguna animalia enell elemento del 
fuego, e esta animalia departen que es una en non mas, e Haman 
la salamandra. Onde dize el Fisiologo sobresta razon estos quatro 
uiessos por este latin : 
De las quatro animalias que uiuen cada una en su elemento: 
Quatuor in puris uitam ducunt elementis : 
Gamaleon, thalma, maria allec et salamandra; 
Allec unda fouet, gamaleon aere uiuit, 
Talpan nutrit humus, salamandram procurat ignis 2. 
Et estos uiessos quieren dezir desta guisa enel lenguage de 
Castiella : que el gamaleon, e el topo, e el harenc e la salamandra 
uiuen en sennos elementos, de guisa que por mantener sus uidas 
non toman gouernamiento ninguno delos otros elementos, si non 
cada uno el del suyo; ca el harenc uiue dell agua sola, e el ga- 
maleon dell aer, e el topo dela tierra e la salamandra del fuego. ), 
Antes la General Estoria, IV, 9, habia aludido a este mismo 
pasaje, al hablar incidentalmente de la salamandra : (( ... e de- 
i. En mi pr6xima edici6n del primer volumen de ]a General Estoria este pasaje

se halla en la pAg. 570 b 30-52. 
2. Las incorrecciones del latin son achacables, no a los redactores, - buenos

conocedores de esta lengua, - sino al copista, aunque el del ms. Bibl. Nac.
de 
Madrid, 816, sea en lo demas excelente.